Nos paramos nerviosos.
Sirial bajó de su caballo, y en un momento sacó la espina que se clavó el caballo y le curó un poco la herida. En menos de tres minutos.
-Podrá correr, pero no con peso…-Nos dijo.
-Pues no hay nada más que hablar-Dije.-Le tendí la mano a Uráne y subió tras de mi.
-Vamos, ya está, sigamos.-Dijo Urane.-Y lo siento.
-Era el caballo el que no miraba el camino ¡No solo tú! Aunque también, pobre bestia…por la noche y a este trote, normal que algún caballo se lesione.-Lamentó Gálem, que era también un buen jinete.
Media hora más tarde se repitió la escena, pero no la del caballo. La muralla del fuerte se unía con la montaña. Esta vez no había río, pero la ciudad enana está dentro de la montaña, no en sus profundidades, pero sí en su corazón... Por lo tanto, escalar la montaña supondría saltarse la ciudad enana, ralentizar el paso y acabar en medio del territorio goblin, que no me parece mucho más apetecible que un territorio rebelde enano. Así que para llegar a la ciudad enana, había que pasar por ese infierno.
-No me puedo creer lo que estoy viendo.-Decía Líbian.
-Pues lo estás viendo…-Contestó Nubo.
-Solo hay dos opciones nuevamente…-Continuó Líbian impresionado por la escena.
-O cruzar la puerta de alguna manera, campesinos, querer unirse a sus filas…o ir por la reja del río.-Dijo Gálem.
-Probemos la reja, aunque al ser solo dos entradas, también tendrá mucha vigilancia-Dijo Moseph.
-Si, pero se verá de manera ilegal el entrar por ahí si nos ven.-Ladsia no quería ir.
-¡Lo que sea pero ya! Antes de que se haga de día.
-Vayamos por la reja.-Dijo Djafvik. Podemos acuchillar dos guardias silenciosamente, tomar una barca o dos, y llegar por el agua hasta la siguiente salida. Solo hay que taparse con las capas. Si hay muralla solo habrá que saltarla y creo que todos podemos con mi magia.
-Parece un plan decente y es que no nos queda más tiempo para pensar…
Así que cuando salieron esas palabras del rey, cogimos las riendas y volvimos, ésta vez por detrás de la montañita por sugerencia mia.
-Cuando lleguemos al río, llegaremos a nuestro destino, luego seguiremos arriba-Dije.-Si baja alguna embarcación, Hélebrin o Sirial los avistaran antes que ellos a nosotros.
Dos horas y media y volvimos a estar allí. Los caballos exhaustos.
Y así fue, en plena mañana como nos íbamos acercando a la reja…
Infiltraciones diurnas, aquí en Hitlands hacemos de todo. No tenemos cura… pero eso nos ayudaría a improvisar una vez en la ciudad elfa.
Todos nos pusimos algún manto o algo. Nos fuimos acercando hasta la reja. Nos quedamos pegados a la muralla. Por suerte parecía un cambio de turno de la guardia.
-Me acerco yo primero-Dijo Djafvik.
Se acercó a la reja, miró y vio algunas barcas. Luego se unió al grupo y nos contó eso y que no parecía haber guardias en ese muelle.
En ese muelle no, en efecto pero… La muralla tenía muros que impedían ver la gente incluso que estaba subida en ellos.
-¡Eh!-Gritó una voz gruñona y divertida.-¡Tráeme otra cerveza! ¡Hic!
-¿Pero por la mañana?
-¡No! ¡Por la hoy! ¡Hic! ¡Pues claro!
-Dios que susto-murmuré- incluso bromea peor que yo.
Pasaron veinte segundos y la voz gruñona resonó de nuevo, esta vez mucho más cerca.
-¡Eh!
Nos habían descubierto.
-¿Corremos Líbian?-Susurró Jûhrm.
-No, si no no podemos entrar de manera legal, ahora solo nos queda esta…
El enano borracho tiró una escala y bajó abajo apresurado. Ybskhäar alejó los caballos.
-¡Vosotros!-¿Qué hacéis aquí?
Tardé cinco segundos en respirar y los demás lo suyo en reaccionar.
-¡Soy el guardián del muro de los domingos! Del día domingo digo, el muro no está bautizado. ¡Me conozco estas zonas! ¡Y no os he visto nunca! ¡Mi trabajo es de pena y no cobro casi nada! ¡Y si no vigilo me crujen!
Tras esto el enano se puso a sollozar, parecía que cambiaba de conversación él solo. –Así que ¡Hablad! –Se puso serio de nuevo al instante.
-¿Es que no está claro!- Ybskhäar se adelantó.-Somos los espías-Se tiró un eructo-semanales de la ciudad enana. Además, tenemos que hablar con el rey enano para pedir refuerzos porque unos vampiros están atacando a los elfos de esta tia de aquí detrás de mí.
Todos nos quedamos boquiabiertos.
El enano nos miró con malicia, frunció el ceño y preguntó:
-¿Claro y ese alto elfo?
-¡Es Hélebrin, el gran rey elfo! ¡El mejor espía de los enanos!.
-Pff si claro. El rey elfo trabajando por el gordo enano imperial. Será lo típico de los domingos jaja.
-Menos risa ¡Estás delante del rey Líbian! –Señaló a Jûhrm que iba vestido a lo bárbaro.
-Hola.-Dijo Jûhrm.
-Jaaa- El enano se reía solo.
-Y este es nuestro cuidador de caballos Jûhrm-Señaló a Líbian.
¡Y este es un mago que tiene poderes sobrehumanos!-Señaló a Djafvik que iba con togas de campesino.
Djafvik que parecía conocer ese tipo de enanos y sus chistes malos, sacó su vara con su filo y amenazó mordiendo el labio levantando el mentón.
-Corto el viento, tío.
-¡El viento! ¡Jaj! ¡A vosotros si que os tiene que dar el viento!
-Estamos exhaustos, la misión de espionaje es muy dura. ¿Nos dejarías entrar para tomar algo mientras espiamos las barcas?-Dije. Ladsia ponía cara de no entender que pasaba. Creo que no pensaba que existiría alguien tan estúpido.
-Me habéis caído bien ¡Ja,ja,ja! Os llevaré a la puerta, supongo que venís por algo muuuy secreto ¡ja,ja ja!
-Bueno, a decir verdad, también buscamos a un no muerto-Dijo Nubo.
-¿Habéis buscado en su tumba? ¡Ah ja ja!
El enano cogía aire mientras nos llevaba andando a la puerta.
-A decir verdad-Dijo Nubo seriamente.-Somos desterrados de la Ciudad de Plata a los elfos “padre e hija” les echaron por ser…infieles. El padre se mezcló con una humana.-Miró a Urane-. y fueron expulsados porque esa humana tenía un alto cargo. Tenía. Nosotros por encubrirles y crear problemas a nivel político-sociales. También buscamos venganza. Nos echaron de una casa que pagamos con nuestro sudor y sangre. Algunos éramos mercenarios. Y ahora esto.
-Si, lo sé. Para eso vienen todos…venganza, venganza al pueblo humano o al enano. ¡Pero primero toca el enano! Ya os ayudarán si eso…Yo…a mi no me conviene contar porque estoy aquí y menos a forasteros como vosotros…
Fuimos hablando de broma un trecho, pero este enano estaba borracho. Las miradas de los vigilante de los enanos de los muros eran de lejos más desconfiadas que éste incauto enano.
Pasadas unas horas, llegamos a la puerta…bastante cansados.
Al parecer todos los que entran tienen que “fichar”.
Dentro no estarían todos borrachos y tendríamos problemas y no nos ocultarán las bromas y la jugarreta de Ybskhäar. Eso ha estado bien, pero ahora necesitamos un nuevo plan. Algo serio y el tiempo disponible; es cero.
La puerta de madera se abre, la fortaleza enana es grande y poblada. Veo caras de desconfianza…
-¡Dejadles pasar! Son buena gente, me han hecho pasar un buen rato. ¡Más reclutas!
Las miradas no cambiaron. Desconfianza y creo que odio también. Mejor no mirar a los ojos. Sentíamos una fuerte inseguridad, como cuando te acercas a una cascada inevitablemente. Teníamos miedo. No debíamos dar señales de empuñar las armas. Las miradas iban agravándose hacia los elfos todavía más. Miradas despectivas y algunos susurros. Algo malo pasaría…
Un enano musculoso se nos acerca junto a dos guardias…
Fin del capítulo VI.
El último capitulo de la 1ra empezará pronto. Me había quedado muy atrás pero he remontado un poquito, teniendo y el capitulo VII y VIII terminados. Cuando termine la 1ra parte, haré un parón de una semanita o así. Pero no os preocupéis.. tengo una agradable sorpresa por cada 2/3 días de esa semana.