Capítulo 1
Día 2 de marzo de 1276, ya completamente despertada, me levanto de mi cama vestida en un fino pijama de tela, camine hacia la habitación de baño, me despoje de mi pijama, desnudándome para mojar y limpiar mi bello cuerpo de piel blanca algo quemada por el sol. Tras diez minutos de relajante baño, peine mi hermosa coleta de largos cabellos de color café, me seco con una toalla de tela y me vestí para ir a comer con mis padres a la hora de desayuno.
Después de comer con mis padres Rodrigo I y Camila I, Emperadores de nuestra gloriosa Calradia y mi querida Hermana Pamela, nombre igual que el de la Reina Pamela de Swadia, hermana de mi padre y del Rey Michael de las Tierras Nórdicas. Emprendo mi caminata diaria por zona del Palacio Imperial, el Mercado y La Arena.
Mi nombre es Camila, igual que el nombre de mi Madre, soy hija de la Familia Imperial. Siendo una Princesa Imperial junto con mí hermana Pamela ya mencionada.
Soy Princesa y Dama de Honor, he recibido muchas cartas de amor de mis admiradores y supuestos pretendientes a mi amor, pero yo no creo tanto en el amor, ya que soy una Princesa Guerrera. En las pocas batallas que he luchado, combatía equipada con una bella armadura de cuero con cota de malla, botas de duro cuero, montada en un corcel blanco, prefiero luchar sin casco, ya que este limita la visión y el movimiento de la cabeza.
Tras haber caminado por el Palacio y por el Mercado, comprando alimentos, ropas y demás, me dirijo hacia la Arena para ver un torneo de gladiadores que está próximo a empezar. Tras luchar con gran coraje y valentía, después de todas las fases, Zorro Dorado gana el torneo para recibir una cantidad media de denares apostados para él, no será la última vez que le vea.
Al avanzar distraída entre los callejones, escucho el sonido horrible de una espada corriendo del cuero de su funda. Me giro para ver a mi atacante, el cual se abalanza sobre mí, blandiendo una cimitarra. Con un leve movimiento, debido a mi experiencia, detuve el tajo antes de impactar, forcejeamos y me derriba, este bandido se acomoda encima de mí, para tratar de cortar mi cuello con su afilada espada. Luche hasta quitármelo de encima golpeándolo en la cabeza con una piedra que el destino puso al alcance de mi mano, dándome el tiempo suficiente para sacar mi cuchillo escondido entre mis ropas y de manera rápida, antes que mi atacante logre levantarse, lo entierro a la altura de si corazón, dejándolo sin vida al instante.
Me dedico a examinar el cuerpo, encontrando una bolsa con 1.000 denares, dinero que me servirá, su espada, una cimitarra es de mala calidad, mientras examinaba al bandido ya muerto, unos guardias por fin hacen su aparición.
-¿Qué ha pasado aquí?- dice uno de los guardias, con aspectos de ser veterano.
-Me ha intentado matar, pero no sabía con quien se metía- respondí guardando mi cuchillo.
-Le diré al Capitán de la ciudad, que doble las patrullas, mi señora- contesto el mismo guardia.
Vuelvo a mi hogar en la zona del Palacio de la Ciudad Capital de nuestro Imperio, Dhirim. Iba a pasar a saludar otra vez a mis padres, pero estaban ocupados en sus momentos de pasión, a veces gozábamos haciendo follar a nuestros propios esclavos. Me dirijo a mi habitación y esperar a que me llamen para cenar, mientras esperaba me dedique a leer uno de los tantos libros que tengo desde que los compre en la Biblioteca de la Universidad de la ciudad.
Sura, mi esclava personal y una de las pocas que poseo ya que los demás esclavos pertenecen a mis padres, entra en mi habitación para avisarme de que mi familia ya está sentada y lista para cenar.
-Hija mía, a partir de ahora quiero que te armes bien y organices bien tu hueste- dijo mi padre.
-¿Por qué, padre?, ¿Ha ocurrido algo?, ¿Una declaración de guerra?- pregunte confundida.
-Sí, serás líder de la primera incursión a Geroia. Tomaras el deber de revivir La Orden de Los Caballeros de Calradia e ir a las tierras enemigas, si tu expedición no puede volver, tendrás que quedarte, formar familia y limpiar el terreno para cuando alguno de mis descendientes decida declararle la guerra a Geroia- respondió el.
Terminamos de comer la rica cena, vuelvo a mi habitación, me desvisto siendo ayudada por Sura y Naevia, mis esclavas, me ayudan a limpiar mi cuerpo, cuando me pasaban mi toalla para secar mi cuerpo, al pasar sus manos por mis senos me provocan una sensación extraña. Terminamos besándonos y revolcarnos de placer en mi cama, pero después nos quedamos dormidas por el placer.
03 de Marzo de 1276: Despertamos las tres completamente abrazadas, nos levantamos y nos vestimos al recoger nuestras ropas del suelo y salimos a buscar nuevos caballeros para revivir a la Orden, Sura y Naevia, buscaran en todas las tabernas de la ciudad, mientras que yo buscare en la Taberna más cercana al Palacio
-Cuenta la leyenda que un día 21 de Enero de 1271, tras dos días de resistencia contra una rebelión en Praven, un grupo de valerosos guerreros del primer regimiento de la Primera Legión Real, entre ellos el Capitán Francisco que combatió junto con sus compañeros de armas hasta caer heridos o muertos contra decenas de rebeldes que terminaron rindiéndose ante la poderosa resistencia de este regimiento. Aún se desconoce el destino de sus vidas y hay quienes dicen que esta leyenda esta con vida- dijo un trovador en una taberna, apenas había entrado en ella.
-Esa Leyenda está viva y aquí mismo- respondió alguien al ponerse de pie, cubierto de una capa y capucha que cubría su rostro.
-Lamento interrumpir. Pero solicito la presencia aquí de todo Caballero dispuesto de partir en pie de guerra- dije.
-Pues yo me uno a la Campaña- dijo el mismo hombre.
-¿Y usted es?- pregunte.
-Mi nombre es Francisco, Caballero Swadiano y antiguo Capitán del Primer Regimiento de la Primera Legión Real de Swadia- respondió el.
-¿Es usted la leyenda viva que tanto se habla, desde aquella Rebelión en Praven?- le pregunte otra vez.
-Sí, yo soy aquella leyenda junto con mis Hermanas de Armas, Qorin y Johanna.
-Ya, seréis reclutados como nuevos caballeros de la resurgida Orden de Caballería, la Orden de los Caballeros de Calradia- le dije.- Seguidme.
12 de Marzo de 1276: Han pasado los días, en los que hemos viajado por todas las ciudades de Calradia, hasta buscamos en la recién fundada Zendar, buscando caballeros, jinetes y todo hombre dispuesto a formar parte de esta Orden, reuniendo solo un poco más de 3.500 hombres, mientras que la Nueva Orden del Temple ha reclutado solo a 1.500 hombres, ya que muy pocos han logrado escapar de Europa, los nuevos templarios igual viajaran con nosotros, pero formaremos bases distintas y algo alejadas entre ellas, según acorde con su nuevo Gran Maestre Konrad.
Día 2 de marzo de 1276, ya completamente despertada, me levanto de mi cama vestida en un fino pijama de tela, camine hacia la habitación de baño, me despoje de mi pijama, desnudándome para mojar y limpiar mi bello cuerpo de piel blanca algo quemada por el sol. Tras diez minutos de relajante baño, peine mi hermosa coleta de largos cabellos de color café, me seco con una toalla de tela y me vestí para ir a comer con mis padres a la hora de desayuno.
Después de comer con mis padres Rodrigo I y Camila I, Emperadores de nuestra gloriosa Calradia y mi querida Hermana Pamela, nombre igual que el de la Reina Pamela de Swadia, hermana de mi padre y del Rey Michael de las Tierras Nórdicas. Emprendo mi caminata diaria por zona del Palacio Imperial, el Mercado y La Arena.
Mi nombre es Camila, igual que el nombre de mi Madre, soy hija de la Familia Imperial. Siendo una Princesa Imperial junto con mí hermana Pamela ya mencionada.
Soy Princesa y Dama de Honor, he recibido muchas cartas de amor de mis admiradores y supuestos pretendientes a mi amor, pero yo no creo tanto en el amor, ya que soy una Princesa Guerrera. En las pocas batallas que he luchado, combatía equipada con una bella armadura de cuero con cota de malla, botas de duro cuero, montada en un corcel blanco, prefiero luchar sin casco, ya que este limita la visión y el movimiento de la cabeza.
Tras haber caminado por el Palacio y por el Mercado, comprando alimentos, ropas y demás, me dirijo hacia la Arena para ver un torneo de gladiadores que está próximo a empezar. Tras luchar con gran coraje y valentía, después de todas las fases, Zorro Dorado gana el torneo para recibir una cantidad media de denares apostados para él, no será la última vez que le vea.
Al avanzar distraída entre los callejones, escucho el sonido horrible de una espada corriendo del cuero de su funda. Me giro para ver a mi atacante, el cual se abalanza sobre mí, blandiendo una cimitarra. Con un leve movimiento, debido a mi experiencia, detuve el tajo antes de impactar, forcejeamos y me derriba, este bandido se acomoda encima de mí, para tratar de cortar mi cuello con su afilada espada. Luche hasta quitármelo de encima golpeándolo en la cabeza con una piedra que el destino puso al alcance de mi mano, dándome el tiempo suficiente para sacar mi cuchillo escondido entre mis ropas y de manera rápida, antes que mi atacante logre levantarse, lo entierro a la altura de si corazón, dejándolo sin vida al instante.
Me dedico a examinar el cuerpo, encontrando una bolsa con 1.000 denares, dinero que me servirá, su espada, una cimitarra es de mala calidad, mientras examinaba al bandido ya muerto, unos guardias por fin hacen su aparición.
-¿Qué ha pasado aquí?- dice uno de los guardias, con aspectos de ser veterano.
-Me ha intentado matar, pero no sabía con quien se metía- respondí guardando mi cuchillo.
-Le diré al Capitán de la ciudad, que doble las patrullas, mi señora- contesto el mismo guardia.
Vuelvo a mi hogar en la zona del Palacio de la Ciudad Capital de nuestro Imperio, Dhirim. Iba a pasar a saludar otra vez a mis padres, pero estaban ocupados en sus momentos de pasión, a veces gozábamos haciendo follar a nuestros propios esclavos. Me dirijo a mi habitación y esperar a que me llamen para cenar, mientras esperaba me dedique a leer uno de los tantos libros que tengo desde que los compre en la Biblioteca de la Universidad de la ciudad.
Sura, mi esclava personal y una de las pocas que poseo ya que los demás esclavos pertenecen a mis padres, entra en mi habitación para avisarme de que mi familia ya está sentada y lista para cenar.
-Hija mía, a partir de ahora quiero que te armes bien y organices bien tu hueste- dijo mi padre.
-¿Por qué, padre?, ¿Ha ocurrido algo?, ¿Una declaración de guerra?- pregunte confundida.
-Sí, serás líder de la primera incursión a Geroia. Tomaras el deber de revivir La Orden de Los Caballeros de Calradia e ir a las tierras enemigas, si tu expedición no puede volver, tendrás que quedarte, formar familia y limpiar el terreno para cuando alguno de mis descendientes decida declararle la guerra a Geroia- respondió el.
Terminamos de comer la rica cena, vuelvo a mi habitación, me desvisto siendo ayudada por Sura y Naevia, mis esclavas, me ayudan a limpiar mi cuerpo, cuando me pasaban mi toalla para secar mi cuerpo, al pasar sus manos por mis senos me provocan una sensación extraña. Terminamos besándonos y revolcarnos de placer en mi cama, pero después nos quedamos dormidas por el placer.
03 de Marzo de 1276: Despertamos las tres completamente abrazadas, nos levantamos y nos vestimos al recoger nuestras ropas del suelo y salimos a buscar nuevos caballeros para revivir a la Orden, Sura y Naevia, buscaran en todas las tabernas de la ciudad, mientras que yo buscare en la Taberna más cercana al Palacio
-Cuenta la leyenda que un día 21 de Enero de 1271, tras dos días de resistencia contra una rebelión en Praven, un grupo de valerosos guerreros del primer regimiento de la Primera Legión Real, entre ellos el Capitán Francisco que combatió junto con sus compañeros de armas hasta caer heridos o muertos contra decenas de rebeldes que terminaron rindiéndose ante la poderosa resistencia de este regimiento. Aún se desconoce el destino de sus vidas y hay quienes dicen que esta leyenda esta con vida- dijo un trovador en una taberna, apenas había entrado en ella.
-Esa Leyenda está viva y aquí mismo- respondió alguien al ponerse de pie, cubierto de una capa y capucha que cubría su rostro.
-Lamento interrumpir. Pero solicito la presencia aquí de todo Caballero dispuesto de partir en pie de guerra- dije.
-Pues yo me uno a la Campaña- dijo el mismo hombre.
-¿Y usted es?- pregunte.
-Mi nombre es Francisco, Caballero Swadiano y antiguo Capitán del Primer Regimiento de la Primera Legión Real de Swadia- respondió el.
-¿Es usted la leyenda viva que tanto se habla, desde aquella Rebelión en Praven?- le pregunte otra vez.
-Sí, yo soy aquella leyenda junto con mis Hermanas de Armas, Qorin y Johanna.
-Ya, seréis reclutados como nuevos caballeros de la resurgida Orden de Caballería, la Orden de los Caballeros de Calradia- le dije.- Seguidme.
12 de Marzo de 1276: Han pasado los días, en los que hemos viajado por todas las ciudades de Calradia, hasta buscamos en la recién fundada Zendar, buscando caballeros, jinetes y todo hombre dispuesto a formar parte de esta Orden, reuniendo solo un poco más de 3.500 hombres, mientras que la Nueva Orden del Temple ha reclutado solo a 1.500 hombres, ya que muy pocos han logrado escapar de Europa, los nuevos templarios igual viajaran con nosotros, pero formaremos bases distintas y algo alejadas entre ellas, según acorde con su nuevo Gran Maestre Konrad.